martes, julio 13, 2010

... Sueño, descansa

Hoy ha muerto un sueño, y fue precisamente ese mismo sueño el que lo mató, pudiera llamarse suicidio.

Ha muerto un sueño... uno de tantos, y con éste se fue la esperanza, se fue la fé, se fueron mil motivos, mil excusas, mil noches de vela. Esta muerte se ha llevado recuerdos, deseos, pasiones a fuego vivo, noches de café, tardes de lluvia, paseos por la ciudad.
Esta mañana soleada y despejada amanecio gris, con el viento trayendo gemidos y quejas, charcos de agua tornados de rojo sangre, montones de gente viva... pero vacia.

No debi de haber despertado, tal vez no deberia de despertar nunca mas... El sueño ha muerto pero nadie se ha acordado de él, nadie lo vela, nadie le lleva flores, nadie dice unas palabras, nadie lo acompañó en sus ultimos minutos. El amor pasó, se asomó pero siguió su camino, y lo mismo pasó con la mayoría de las emociones que rondaban por ahi en ese momento.
Nadie trató de arreglarlo para que se viera mejor, un toque de maquillaje, un poco de polvo y sombras... El sueño yacía ahi, tal cual se conocía, lastimado por el paso del tiempo, herido de muerte y recluído sin poder hablar con nadie, sin poder confiar en nadie, sin poder creer en alguien.
El sueño, quien en vida era pieza fundamental de la existencia, hoy simplemente se fué, nadie se lo esperaba, la noticia de su muerte fué tan repentina y tan impresionante que nadie lo podia creer, facilmente se podia escuchar como si una montaña se cayera a pedazos al embate de una terrible tormenta.
Quien sustituirá ese sueño? acaso alguien habia pensado en ello?... Pero no, nadie lo podría hacer, era insustituible, nadie penso si quiera en que llegaría este dia en el cual hiciera falta. Seguramente alguien podria intentarlo pero el hueco que deja es de proporciones inimaginables, imposible de cubrir.

Hoy ha muerto el sueño, y con el murió la promesa, la promesa de una vida mejor, la promesa de que el sueño viviría para siempre, pero la promesa se cansó de prometer... y terminó por romper su promesa. Vestidos negros, rostros largos, miradas perdidas, hoy circulan por doquier. El miedo comienza a ser invitado de honor en los corazones de aquellos que confiaban en ese sueño que dejó de existir. Hoy el tiempo se detiene por completo, las luces se apagan, el frío toca a la puerta, el alimento hoy solo sabe a tierra y el agua a lágrimas.

Hoy, el mundo solo es testigo silencioso, tan solo un espectador de una escena final sin finales alternativos. Una muerte anunciada?... tal vez, pero nadie lo recuerda, nadie recuerda la última vez que fue a visitar ese sueño, nadie recuerda el momento en el que el sueño comenzó a decaer, nadie recuerda el motivo por el cual el sueño pudo haber tomado esa decisión. El sueño murió en completa soledad, ahogado en el alcohol de sus pensamientos, mutilado por el filo de sus acciones, torturado por los golpes de su propia ineptitud.

No hay testigos, nadie vio nada, nadie se imaginó nada, no hay huellas ni pistas, no se sabe donde murió, a que hora murió ni cuando murió... simplemente sucedió.

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